Luis Segura o el Añoñaito …Razonado

 

Por Alejandro  Espinal

Con el sello distintivo de su pueblo natal, Valverde de Mao, la ciudad de «Los bellos atardeceres», nació una tarde de cielo claro y fresco, un 21 de junio de 1940, este cantor del pueblo.

Hijo de los músicos típicos, Víctoriano Valenzuela y Josefa Segura.

Su madre siempre estuvo a su lado, no así su padre, quien abandonó la familia cuando él tenía ocho años y no apareció hasta que su vástago se hizo famoso. Luis como hombre sano y noble, lo protegió hasta su muerte.

Como todo emprendedor y «jociador», a los ocho años construye su propia «guitarra», con un neumático viejo de carro y pedazos de una yagua.
Sus vecinos decían que sonaba como un guiri guiri, de ahí le nació su primer apodo, «el guiri guiri».

Este cantor de voz pausada, ha compuesto alrededor de 500 canciones románticas y «cortas venas» que les han merecido el mote del papá de la bachata, sobre todo, después de grabar su canción insignia, Pena.

Su música identificada como de amargue o de guardia, suena en todos los rincones del país, moviendo a recuerdos de todo tipo de amores y parrandas. Sin faltar, por supuesto, una que otras anécdotas, como aquella de los años setenta, cuando violó un toque de queda y al ser retenido por la guardia, se identificó como Luis Segura «El añoñaito», provocando que un teniente, jefe de la patrulla, ordenara su apresamiento, argumentando, que por él, se habían matado muchos guardias y policías amargados.

Con más de 50 años en el arte popular, más de 30 producciones y 300 y tantas canciones grabadas, debe ser merecedor de un Gran Soberano, por su trayectoria, no obstante que estaría compitiendo ese honor con una gloria del arte como María Cristina Camilo, con 102 años y que sigue como el primer gandul.

Sería de regocijo nacional para los amantes del arte y la cultura, si la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) y Cervecería Nacional, premiaran el mismo día a estos dos queridos hijos del pueblo dominicano, con El Gran Soberano.