Santiago de los Caballeros: -Llevando a cuesta el fardo de mil formas de contaminación y agresiones que le reducen y ponen en riesgo su existencia, el río Yaque del Norte celebra este 25 de julio el Día que le fuera dedicado en 1995, a través del decreto 175-95 emitido por el entonces presidente Dr. Joaquín Balaguer.
El Yaque a su paso por la Ciudad Corazón.
Lo que perseguía la iniciativa se sintetizaba en el interés de preservar la más importante fuente acuífera con que cuenta el país, una tarea que con el paso de los años se aleja marcada y miserablemente de sus propósitos.
Entre planes que vienen y van, promesas incumplidas y misiones de las que no pocos tienen sus dudas, a lo largo de las últimas décadas y como resultado de varios factores, el Yaque del Norte exhibe un progresivo deterioro que si bien tiene su origen en una multiplicidad de factores, que cobran cuerpo desde el inicio hasta el final de su largo recorrido, su cara más fea la obtiene a su paso por Santiago de los Caballeros.
Y no es para menos, es justo en la Ciudad Corazón donde recibe la carga más despiadada e irresponsable de agentes contaminantes provenientes del vertido en su cauce, una acción criminal e impune derivada de las toneladas de desechos industriales, despojos de granjas agrícolas y porcinas, desforestación, extracción de materiales para la construcción, basura y aguas contaminadas provenientes de un coctel de cañadas que cruzan Santiago de los Caballeros.
Pero el otrora “Yaque Dormilón” sigue arrastrando una triste cruz con mil formas de contaminación y agresiones, incluso en su cumpleaños número 26 cuando se suponía habría una celebración de país, un regocijo nacional por haberlo sacado de cuidado intensivo y dotarlo de una nueva vida.
“Si nosotros pudiéramos sanear el rio Yaque, sería una de nuestras metas, pero eso no depende directamente del gobierno local, sino de un esfuerzo voluntario, no solo de los ciudadanos, sino desde el Estado y también del sector privado, de que el río pueda volver a ser caudaloso como lo era en el pasado, un río limpio, libre de basura y contaminación”, Se lamentaba el síndico de Santiago de los Caballeros, justo hace unos días.
Y advirtió que “la situación tiende a agravarse más” por el hecho de que “al río le afectan cañadas que le aportan basura y contaminación”. Los ejemplos al respecto son críticos y palpables, aunque no todos tan crudo y vergonzoso como el nauseabundo saludo que se recibe a la entrada a la ciudad, desagradable “perfume” que expide la cañada que cruza cercano a la intercepción de la autopista Duarte con Rafael Vidal.
Otra imagen deprimente del Yaque en Santiago de los Caballeros.
Probablemente el síndico tenga razón en cuanto a que el rescate del río Yaque del Norte no depende únicamente del Ayuntamiento, pero muchos tienen claro que a su entidad corresponde el diseño de soluciones para, al menos, disminuir los daños provocados por el tinglado que componen las cañadas de Arroyo Hondo, Vietnam, Nibaje, Arroyo Gurabo, Los Guandules, El Fracatán, Los Salados, Pontezuela, Puente Ercilia Pepín, Hoyo de Bartola, Puchula, Rafey, La Gloria Hato Mayor, entre otras.
A pesar de que se les dispensara un Día especial, el Yaque sigue sin suerte
Cinco años después de que Joaquín Balaguer emitiera el decreto más arriba citado, hace ya 26 años, el Congreso Nacional aprobó la Ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales, marcada con el número 64-00, que se suponía tendría entre sus prioridades asumir con responsabilidad una política de rescate y preservación del Yaque del Norte. Pero NO ocurre así.
“La entrada en vigencia de la Ley no ha servido de mucho, por no decir de nada. Esto explica de alguna manera la falta de autoridad con capacidad de aplicar correctamente la ley y la ausencia de un régimen de consecuencia que sancione a la altura de la circunstancia, a los violadores que siguen ya no alegando ignorancia de la ley, sino apostando a la debilidad de las autoridades”, reflexiona la Sociedad Ecológica del Cibao.
Y tras la pregunta de que, si es posible identificar a algunas de las empresas e industrias que aun de forma alegre contaminan el Yaque, la entidad responde que: “Por el momento preferimos no mencionar nombre de las empresas contaminantes en razón de que con frecuencia entran y salen de operación una y otra, y no sería conveniente mencionar algunas que ya no están, u omitir otras que si están con lo cual podríamos generar una situación que pudiese interpretarse como animadversión”.
Pero advierte que “algunas de las empresas ubicadas en las riberas han instalado plantas de tratamientos de efluentes para evitar la contaminación, pero no tenemos la certeza de que estas operan con apego a la ley, ni si algún organismo competente fiscaliza y certifica que sus operaciones son amigables con el medio ambiente y cumplen con los requisitos y estándares de calidad que garantizan su confiabilidad”.
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